Los mercados de predicción, a diferencia de las apuestas, están diseñados para la verdad y la difusión de información en lugar de entretenimiento o equilibrar las probabilidades. Mientras que las casas de apuestas manipulan las cuotas para asegurar ganancias, los mercados de predicción reflejan la creencia colectiva de los participantes, lo que los convierte en pronosticadores precisos de eventos del mundo real como plazos de proyectos, tendencias económicas o riesgos geopolíticos. La clave de la distinción radica en su propósito: el juego es un consumo por emoción, mientras que los mercados de predicción facilitan la coordinación al convertir el conocimiento disperso en información accionable, similar a los mercados de valores o futuros. Esta diferencia fundamental hace que los mercados de predicción sean una herramienta valiosa para la toma de decisiones, a pesar de su superficial semejanza con las apuestas tradicionales.