No puedo creer que esté escribiendo esto. Vince Zampella, un titán de la industria del videojuego, cocreador de Call of Duty y cofundador de Respawn Entertainment, sin mencionar un querido amigo, falleció ayer en un accidente de coche en Los Ángeles.

Vince era una persona extraordinaria: un gamer de corazón, pero también un ejecutivo visionario con una rara capacidad para reconocer talento y dar a la gente la libertad y confianza para crear algo realmente grande. Lo vi de cerca mientras escribía Las últimas horas de Titanfall. Siempre estaré profundamente agradecida de que confiara en mí para contar la historia de la fundación de la empresa. Incluso cuando era difícil o incómodo, Vince nunca flaqueaba en su compromiso con la honestidad y la transparencia. Creía que la verdad importaba, y estaba dispuesto a compartirla con el mundo. A Vince le importaba profundamente hacer lo correcto. E incluso trabajando en grandes organizaciones, siempre se esforzó por poner a los jugadores en primer lugar — priorizar la experiencia, el oficio y las personas que jugaban a los juegos. Deja un legado increíble de trabajo. Echaré de menos nuestras cenas y largas conversaciones. Y aunque creó algunos de los juegos más influyentes de nuestro tiempo, siempre sentí que aún tenía el mejor por delante. Es desgarrador que nunca podamos jugarlo.