Estoy de pie en el centro de la multitud, pensando en la vida que se repite día tras día, de repente pienso, sí un día, la juventud y la vejez, no pueden provocar ondas en el corazón; la monotonía de un estanque muerto, ni las flores ni los pasteles pueden conmover. Si las personas no pueden emocionarse por cosas pequeñas, entonces las malas noticias de un terremoto o una inundación, seguramente tampoco las conmoverán. Si vivir y morir son esencialmente lo mismo, entonces no hay significado en la existencia.